Los aperitivos se disfrutan mientras se prepara o se espera la comida principal. Un poco de vino o cualquier otra bebida acompañada de un poco de queso, unas aceitunas, los más generosos jamón, unos canapés, estos son algunos de los aperitivos más habituales. Pero el aperitivo que jamás puede faltas son unas patatas fritas.

Las patatas chip es el aperitivo estrella en todas las mesas y todos sabemos que es imposible comer solo una. Siempre es sinónimo de celebración y encaja de maravilla con cualquier bebida.

La receta más antigua conocida similar a las patatas fritas de bolsa está en el libro de William Kitchiner The Cook’s Oracle, publicado en 1817.

Hasta 1925 las patatas chips eran un producto casero. Pero ese año todo cambió: apareció la máquina pelapatatas, con lo que el proceso se aligeró de una manera tremenda. Al año siguiente en 1926 apareció la bolsa de papel encerado: solo había que rellenarlas y sellarlas para su venta. Y la primera en introducirlas en una bolsa para su venta fue Laura Clough Scudder, una empresaria que aventuró que el comercio de este producto a gran escala era posible.

El empujón definitivo a las patatas chips lo dio el gobierno americano cuando en 1942 las declaró un alimento esencial y, por tanto, las fábricas pudieron permanecer abiertas mientras el resto se dedicaba al esfuerzo bélico de la segunda Guerra Mundial. Y formaban parte de formaba parte de las provisiones regulares que los estadounidenses llevaron a Europa. Ya estaban aquí y llegaron para quedarse.

La Patatas Tas con el mejor punto de sabor, sal y fritura. Son un tentempié tan sencillo y delicioso que puede convertirse en irresistible. Son un clásico de los aperitivos, están fritas en sartén, como lo llevamos haciendo desde 1970. Con ingredientes naturales, sin conservantes y envasadas inmediatamente para que conserven todo su frescura y sabor.