Todos cuando abrimos una bolsa de patatas fritas nos damos cuenta de que en su interior hay una gran cantidad de aire, lo que suele producirnos un poco de malestar. Este método de envasado no tiene la intención de engañar al cliente, sino de proteger el producto. Desde Patatas Tas os dejamos el motivo por el que hay aire en las bolsas de patatas fritas.

El aire de las bolsas es en realidad una mezcla de oxígeno, dióxido de carbono y, sobre todo, nitrógeno. Es un gas inodoro, incoloro e insípido, por lo que hace que no afecte al sabor de las patatas fritas.  Tampoco es peligroso ni nocivo para nuestra salud. Esta mezcla de gases se consigue incorporando generadores de N2 al proceso automatizado de envasado.

Este compuesto de elementos no hace reacción con otras moléculas del interior de la bolsa, lo que impide que se formen y crezcan bacterias que puedan estropear el producto. Gracias a la menor presencia de las patatas del interior de la bolsa se oxidan menos.

Por otro lado, el hecho de que la bolsa de patatas que nos hemos comprado tenga nitrógeno ayuda a que el contenido de la misma no acabe dañado durante su transporte. Si el producto no tuviera este elemento, las patatas llegarían a las tiendas, almacenes o destino final, destrozadas. El nitrógeno ayuda no solo a conservarlas en lo que respecta al sabor, sino también a protegerlo frente a los golpes.

Por lo tanto, el hecho de que las bolsas de patatas tengan tanto aire tiene una razón lógica. A pesar de que nos gustaría que las bolsas de patatas fritas estuvieran completamente llenas, el hecho de utilizar nitrógeno para su conservación nos permite disfrutar del sabor óptimo de cada una de ellas.

Ahora que ya sabemos el motivo del aire en las bolsas. ¡No puede faltar unas patatas fritas en los planes del venaro!